3.11.12

ROCÉMONOS, CRUCÉMONOS, CAMBIÉMONOS


Muchas veces tenemos miedo a pensar por nosotr@s mism@s y tendemos a repetir tópicos del pasado.

Personalmente me siento orgulloso de ser transgresor, siempre que ello signifique transmitir mi verdad o mi forma real de ver el mundo, contando las cosas desde mi experiencia. Siempre lo he sido y mucha gente me ha tratado de advertir.

Por supuesto que cada vez que transgredo, tiemblo y sudo de miedo a estar equivocado. Pero lo más equivocado me parece aceptar verdades y tópicos antiguos, no sentidos ni reflexionados.

Creo que deberíamos ser más valientes a manifestar nuestras verdades sin miedo a no ser aceptados socialmente. Debemos lanzarnos al fango, pringarnos, mojarnos y calarnos hasta la médula, evitando ser políticamente correctos.


Siempre que lo he hecho, han aparecido mis verdader@s amig@s y las personas que me quieren de verdad.

Lo fácil es decir: "te acepto cómo eres y no te trato de cambiar". Para mí, aunque suene duro decirlo, es una gran mentira.

Sólo es capaz de aceptar el mundo tal cual es, un sabio muy evolucionado. Lo demás sólo son intentos, y confesarse aceptador de todas las personas, creo que es una falta de consciencia sobre las propias limitaciones y la propia humanidad.

Claro que no acepto a los demás como son, aunque lo intento. Pero siempre veo algo en los demás que trato de cambiar, al igual que me peino por las mañanas y al igual que hago hueco cuando me siento, o me arropo cuando me acuesto.

Si aceptásemos el mundo tal cual es, no tendríamos problema en salir desnudos a la calle, no trabajar, no comer, no nos moveríamos. Esa es la real aceptación.

Lo demás es un intento de participar en el mundo y en los demás, y eso se llama querer transformarlo a mi gusto, porque es la única forma en que sé hacerlo.

Simplemente con el hecho de ser, ya estamos modificando el mundo y cambiándolo. Y creo que no es malo ser modificable, moldeable para adaptarse a los demás, atender las sugerencias de los demás, siempre desde el respeto por supuesto.

A nadie nos gusta que nos digan lo que tenemos que hacer, pero no se trata de dar órdenes, ni imponer sino de SUGERIR, la solución está en la forma de decir y sugerir las cosas. Cuando yo te trato de cambiar, busco lo mejor para mí, pero también lo mejor para tí, obviamente cuando sé de lo que hablo, pero señores, ¡¡HAY QUE ARRIESGARSE!!

El mayor daño que podemos hacernos es pasar por la vida de los demás sin tocarnos, sin dañarnos sin modificarnos, asépticos.

Hemos venido a este mundo a jugar. Sólo a jugar. Gracias a tod@s l@s que queréis jugar conmigo!!!!

Se aceptan más jugadores.

0 comentarios: