España vive en un tiempo de cambio. Después de la Guerra Civil, una de las más cruentas y dolorosas guerras de la historia de nuestro país, una dictadura y un proceso constitucional que junto con el resto de nuestra historia nos han hecho lo que somos, con lo bueno y con lo malo, llegan nuevos tiempos de cambio. Dicen que "la novedad es la cosa más antigua que existe", y España siempre ha sido un país de crisis y de cambios.
En este nuevo escenario político hay DOS CAMBIOS RELEVANTES que se van a gestar:
1º El paso del bipartidismo al tetrapartidismo. Aunque los bandos de la Guerra Civil siguen presentes, este cambio va representar medidas urgentes que debe tomar una sociedad moderna: ley electoral justa, independencia real del 3er poder, el judicial, como propuso Montesquieu hace 200 años y que parece mentira que aún no acabe de existir, despolitización de los medios de comunicación, así como una democracia diversa y real donde hay diferentes opciones de elegir en lugar de una oligarquía no demasiado diferente a una monarquía absoluta.
2º El fin de los bandos y la sanación del dolor de la guerra. Este cambio aún no se ha gestado. El dolor de la guerra, los juicios y represalias hacia el otro bando, l@s roj@s y l@s fachas, las izquierdas y las derechas, ambas pensando que son mejores y más buenas que las otras, siguen existiendo en nuestras mentes. Aún no hemos sido capaces de trascender ese umbral.
Los bandos siguen vivos en España. Y aunque en Ciudadanos se habla de que no se quieren bandos, se crean cuando rechazan a Podemos y les ponen en la izquierda lo cual, aunque su programa no lo sea, lo convierte en un partido de derechas. Y lo mismo ocurre con Podemos, aunque ell@s sí excluyen de manera explícita diciendo que "o se está con un@s o se está con otr@s", que no se puede estar con tod@s al mismo tiempo. En el momento en que excluyes, te excluyes de aquello que excluyes y te posicionas. Un verdadero partido de centro, es inclusivo y no excluye.
Pero en este escenario hay cosas que son discutibles y hay cosas que no.
El asunto de las reinas magas personalmente a mí no me ha gustado aunque hay otras personas que sí, el tema del bebé en el congreso de la señora Bescansa, lo mismo... pero en lo que se refiere a la corrupción y a la legalidad creo que tod@s estamos de acuerdo... y de esto se trata.
Podemos y Ahora Madrid pueden ser partidos en los que algun@s de sus integrantes presentan actitudes a veces irreverentes. Pero creo que se les debe juzgar por su legalidad, no por su moral.
En nuestro país estamos acostumbrad@s a una moral (no confundir con ética) de vestir bien, hacer lo que es costumbre y no salirnos de estas rutinas. Somos un país por lo general conservador.
Quienes estamos estamos vinculad@s al mundo del rock hemos sido criticad@s por salirnos de la norma, por llevar el pelo largo, por llevar anillos, pendientes, pulseras, por escuchar una música que otras personas no comprenden, por hablar de utopías, etc.
Vivimos en un momento en el que mucha gente quiere cambios en España. Y hay personas que necesitan expresar sentimientos que llevaban muchos años reprimidos.
Ese caso lo hemos vivido en el cine español, que en los años 80 y 90 se ha centrado en muchas escenas de sexo que han tomado como referencia al cine francés que durante la dictadura era imposible en España. En el caso de la música, ahora estamos viviendo lo que en Inglaterra se vivió en los 70 y 80 y que nosotr@s no pudimos vivir. España ha expresado y sigue expresando en las últimas décadas lo que antes no pudo expresar: la rabia del dolor y el sentimiento de libertad. Y esto es lo que hacen las personas que votan y apoyan a estos partidos "irreverentes" que tanto nos asustan.
Si de verdad queremos un cambio, debemos reflexionar hacia dónde queremos ese cambio. Debemos evolucionar hacia la libertad, por supuesto, pero nunca debemos olvidar que la libertad debe ir de la mano con el respeto y la inclusión.
No existe mi libertad si no respeto la libertad del otro. No podemos defender a ciegas la libertad de expresión cuando se está faltando al respeto a las tradiciones y a las creencias de las personas. Antes de eliminar o cambiar una tradición se debe averiguar si realmente la mayoría de la población quiere ese cambio. Y para eso existen y deben existir mecanismos.
Si no es posible un referéndum, que se haga una encuesta.
Yo desde luego propondría un referéndum nacional para cuestiones importantes como la independencia de Cataluña, el aborto, la eutanasia, los toros, monarquía o república, pacto de estado sobre la Educación... son cosas que la sociedad está pidiendo a gritos.
La sociedad quiere participar en la política, pero el hecho de que haya un tetrapartidismo no es suficiente. Estos nuevos partidos deben proporcionar herramientas para que sus afiliad@s, sus simpatizantes y sus votantes participen.
Pero sobre todo, el cambio, no lo olvidemos está en nuestro interior, en nuestras mentes y en nuestros pensamientos.
"Seamos el cambio que queremos ver en el mundo" Gandhi.