Vivimos en un mundo globalizado en el que los medios de comunicación ejercen una poderosa influencia sobre nuestras decisiones y en el que el marketing a veces es utilizado para vendernos productos cuya calidad es discutible.
Por norma general, se entiende por música comercial o mainstream a aquella música que está diseñada a priori para captar a un gran público y así conseguir ventas multitudinarias. Normalmente suele ser diseñada por grandes multinacionales con muchos recursos, utilizando para ello a ciertos artistas, en su mayoría jóvenes: https://es.m.wikipedia.org/wiki/Mainstream
La línea que separa lo que se considera música comercial de la que no lo es, es tan difusa como la que separa la música "culta" de la "inculta" (nótese la ironía). ¿Se puede considerar la música soul comercial? ¿Y la de The Beatles? ¿Queen? ¿Michael Jackson? ¿Madonna? ¿Fito? ¿Pereza? ¿Vetusta Morla? ¿Muse? ¿Smashing Pumpkins? Es complicado. En un sentido estricto, toda la música que se vende, es comercial. Por ello hay que ser conscientes de que estamos hablando de un asunto bastante subjetivo.
¿Por qué triunfa la música comercial? Porque forma parte de un plan de marketing, que estudia el público objetivo, sus intereses, gustos, inquietudes, sueños, deseos... y crea un producto que simula satisfacerlos. Así de simple, pero igual de complejo.
¿Es beneficiosa para nuestra sociedad la música comercial? Depende. Y aquí es donde comienza un de los debates que está en boga desde mucho antes de que apareciera la canción Radio Gaga de Queen, que critica la excesiva comercialización de la música pero que irónicamente se convirtió en un gran hit.
Personalmente no creo que exista música buena o mala, ya que esto es algo subjetivo. Como mucho se podría hablar de música beneficiosa o música no recomendable y esto quizá tendría más sentido que lo estudiasen psicólog@s, neurólog@s, pedagog@s o musicoterapeutas.
Algunos de los juicios y/o criterios más comunes para referirse a la calidad de una canción son:
CRITERIO TÉCNICO/MERITORIO:
- Eso no es música, porque es demasiado fácil de hacer
- Cuanto más complejo técnicamente, merece más respeto
- Es@s músic@s parecen gimnastas de la técnica y no saben transmitir
CRITERIO EMOCIONAL:
- Demasiado bland@s y ñoñ@s
- Demasiado dur@s y transgesor@s
CRITERIO ÉTICO Y/O MORAL:
- No transmite valores, o los que transmite no son deseables
Podríamos
detenernos en cada uno de los puntos, pero me voy a centrar en el último, para
abrir una nueva polémica: ¿son beneficiosas las músicas que
expresan odio, rabia, melancolía/depresión, xenofobia, sexismo o los videoclips
que incluyen contenido altamente sexual? ¿son beneficiosas las películas de
acción que incluyen violencia o las que provocan miedo? ¿hasta qué punto nos
afecta e influye la Música que escuchamos, las películas que vemos o la
información que consumimos, en general? Cedo la palabra a la comunidad
psicológica para que trate de hallar respuestas. Siguiendo este
criterio podemos encontrar mucha música no comercial que promueve varias de
estas emociones e ideologías y mucha música
comercial que transmite valores más positivos.
Por
otro lado vivimos en una crisis de libertad, en la que algun@s
tienen mucha y otr@s tienen poca. El liberalismo exacerbado permite a unas
pocas personas, en nombre de la Libertad, monopolizar el mercado (dos libros
que ya he recomendado en este blog a ese respecto son "Libertad, primera y
última" de Jiddu Krishnamurti y "El miedo a la libertad" de
Erich Fromm). Otras preguntas para hacerse en este sentido
serían: ¿son libres las personas que no tiene recursos?
¿son libres las personas que están siendo manipuladas mediáticamente
(como reza la canción "While My Guitar Gently Weeps" de The Beatles)?
¿deberían los estados intervenir en la programación de
nuestras radios y televisiones para "garantizar" una música o
contenido de "calidad" éticamente deseable? ¿están las sociedades desarrolladas
para garantizar un contenido éticamente deseable a través de
sus estados? ¿sería atentar contra nuestras libertades el hacerlo?
Las
respuestas, como vemos son difíciles de contestar, y quizá el debate no debería
residir en si es beneficiosa o no la música comercial, sino en si son
beneficiosos o no los contenidos y/o emociones que
consumimos al escuchar ciertas canciones, independientemente de que sean
comerciales o no, como están investigando algun@s autores como Fernández Sotos, (pág. 33.)