Si queremos un cambio político que contribuya a mejorar la sociedad, debemos comenzar a pensar constructivamente. Debemos olvidarnos de los extremismos obsoletos de izquierdas y derechas, que no hacen más que crear barreras entre los seres humanos.
Yo no nací de izquierdas o de derechas, no nací católico, protestante o musulmán. No nací heavy o rapero. No nací pijo o alternativo. Las etiquetas y las ideologías nos separan.
Debemos centrarnos en un pensamiento constructivo que permita un acercamiento hacia un cambio político que incluya y no que excluya.
Debemos considerar el cambiar términos como: "partido de la oposición" por "partido complementario" y al que voto porque ha sido capaz de ayudar muy bien al gobierno.
Debemos buscar soluciones creativas, que creen, no que destruyan.
El ser humano se caracteriza por el Amor. Y no puedo manifestar Amor cuando te miro y me siento diferente. Sólo reconociéndome en el otro puedo sentir Amor.
Si soy violento con el violento estoy aplicando la ley del Talión del ojo por ojo diente por diente.
La palabra y la comunicación visual son herramientas muy poderosas y contienen el germen de la violencia o de la paz. No es violento sólo el que golpea, sino también el que difama al golpeador. A través de los medios de comunicación, de un monólogo, de una viñeta (como la que adjunto) o de una canción podemos decidir si construir o destruir.
Los pensamientos generan palabras que generan comportamientos. Por lo tanto es tan violento o más quien incita o desea la violencia, que quien la perpetra. Cuando deseamos el mal, estamos creando el germen para que ocurra.
Si queremos un cambio político, debemos estudiar la historia, debemos implicarnos en la política, estudiar las diferentes propuestas, motivar a quien veamos capaz a que se presente como candidato, mirar el curriculum del que estamos votando. Y VOTAR.
El voto es el instrumento político de la democracia.
Además tenemos páginas para sugerir el cambio y conseguir firmas como change.org
Cito de nuevo a quien para mí es un referente en el camino hacia la paz: "No hay caminos para la paz, la paz es el camino." Mahatma Gandhi.
Yo no nací de izquierdas o de derechas, no nací católico, protestante o musulmán. No nací heavy o rapero. No nací pijo o alternativo. Las etiquetas y las ideologías nos separan.
Debemos centrarnos en un pensamiento constructivo que permita un acercamiento hacia un cambio político que incluya y no que excluya.
Debemos considerar el cambiar términos como: "partido de la oposición" por "partido complementario" y al que voto porque ha sido capaz de ayudar muy bien al gobierno.
Debemos buscar soluciones creativas, que creen, no que destruyan.
El ser humano se caracteriza por el Amor. Y no puedo manifestar Amor cuando te miro y me siento diferente. Sólo reconociéndome en el otro puedo sentir Amor.
Si soy violento con el violento estoy aplicando la ley del Talión del ojo por ojo diente por diente.
La palabra y la comunicación visual son herramientas muy poderosas y contienen el germen de la violencia o de la paz. No es violento sólo el que golpea, sino también el que difama al golpeador. A través de los medios de comunicación, de un monólogo, de una viñeta (como la que adjunto) o de una canción podemos decidir si construir o destruir.
Los pensamientos generan palabras que generan comportamientos. Por lo tanto es tan violento o más quien incita o desea la violencia, que quien la perpetra. Cuando deseamos el mal, estamos creando el germen para que ocurra.
Si queremos un cambio político, debemos estudiar la historia, debemos implicarnos en la política, estudiar las diferentes propuestas, motivar a quien veamos capaz a que se presente como candidato, mirar el curriculum del que estamos votando. Y VOTAR.
El voto es el instrumento político de la democracia.
Además tenemos páginas para sugerir el cambio y conseguir firmas como change.org
Cito de nuevo a quien para mí es un referente en el camino hacia la paz: "No hay caminos para la paz, la paz es el camino." Mahatma Gandhi.