Lo que creen que son es esto: “Soy un “peque帽o yo” necesitado cuyas necesidades no se satisfacen”. Esta falsa percepci贸n b谩sica de lo que son genera disfunci贸n en todas sus relaciones. Creen que no tienen nada que dar y que el mundo, o los dem谩s, los est谩 privando de lo que necesitan. Toda su realidad se basa en una sensaci贸n ilusoria de qui茅nes son. Esto sabotea las situaciones, echa a perder todas las relaciones. Si la idea de carencia –de dinero, reconocimiento o amor- ha llegado a formar parte de lo que crees que eres, siempre experimentar谩s carencia. En lugar de reconocer lo bueno que hay en tu vida, lo 煤nico que ves es carencia. Reconocer lo bueno que hay en tu vida es la base de toda abundancia. Lo cierto es que lo que crees que el mundo te est谩 negando se lo est谩s negando t煤 al mundo. Se lo est谩s negando porque en el fondo piensas que eres peque帽o y que no tienes nada que dar.
Hay algo que podemos intentar durante un par de semanas para ver c贸mo cambia nuestra realidad: todo eso que piensas que la gente te est谩 negando –elogios, reconocimiento, ayuda, cari帽o y dem谩s- d谩selo t煤 a ell@s. ¿Que no lo tienes? Act煤a como si lo tuvieras, y te vendr谩. Y entonces, poco despu茅s de que empieces a dar, empezar谩s a recibir. No puedes recibir lo que no das. Lo que fluye hacia afuera determina lo que fluye hacia adentro. Tienes ya todo lo que piensas que el mundo te est谩 negando, pero si no lo dejas fluir hacia afuera, ni siquiera sabr谩s que lo tienes. Esto incluye la abundancia. La ley de que el flujo hacia afuera determina el flujo hacia adentro la expres贸 Jes煤s con esta poderosa imagen: “Dad y se os dar谩. Una buena medida, apretada, colmada, rebosante, ser谩 derramada en vuestro seno”.
La fuente de toda abundancia no est谩 fuera de ti. Forma parte de quien eres. No obstante, empieza por reconocer y apreciar la abundancia de fuera, observa la plenitud de la vida a tu alrededor. El calor del sol en tu piel, el despliegue de magn铆ficas flores a la puerta de una florister铆a, morder una fruta suculenta o dejarse empapar por la abundancia de agua que cae del cielo. La plenitud de la vida est谩 ah铆, a cada paso. Reconocer esa abundancia que te rodea despierta la abundancia latente en tu interior. Deja entonces que fluya hacia afuera. Cuando sonr铆es a un desconocido, hay ya un min煤sculo flujo de energ铆a hacia afuera. Te conviertes en dador. Preg煤ntate con frecuencia: “¿Qu茅 puedo dar aqu铆? ¿C贸mo puedo ser 煤til a esta persona, a esta situaci贸n?” No es preciso que poseamos nada para sentirnos ricos, aunque si nos sentimos ricos de manera habitual, es casi seguro que nos llegar谩n cosas. La abundancia solo les llega a l@s que ya la tienen. Casi parece, injusto, pero por supuesto no lo es. Es una ley universal. Tanto la abundancia como la escasez son estados interiores que se manifiestan como la realidad. Jes煤s lo expres贸 as铆: “Porque al que m谩s tiene, m谩s se le dar谩, y al que no tiene, hasta lo poco que tiene le ser谩 arrebatado”.
Eckhart Tolle – “Un Mundo Nuevo, Ahora”
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Santiago Pigmali贸n.
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