Tanto para aquell@s que se consideran creyentes de alguna religión o filosofía como para aquell@s que aspiran al crecimiento personal, hoy me gustaría hablar de lo que considero que puede aportarnos la simbología de la Semana Santa.
Ya Jung habló de la importancia de estudiar los símbolos de nuestras culturas, y de hecho él fue uno de los más importantes estudiosos de los símbolos de nuestras religiones.
Desde mi punto de vista, la enseñanza que se nos da en el Nuevo Testamento de la Biblia a través de la simbología de la Semana Santa consiste en no crucificarnos a nosotr@s mism@s y no crucificar a l@s demás por nuestras creencias.
Nos consideremos creyentes o no, tod@s tenemos algún tipo de creencias. Las creencias son necesarias, pues en estas se fundamenta la creación y la manifestación humana. Desde las hipótesis, hemos fundado tod@s l@s campos del Conocimiento, tanto tecnológico, como humano y social. Aquello que no somos capaces de imaginar, no somos capaces de crearlo, descubrirlo o de demostrarlo, como bien lo explica Emile Coeau en su libro "El dominio de sí mismo".
Es por ello que muchos descubrimientos se han realizado por personas que se han inspirado en la religión, en la mitología y/o en la ciencia ficción, como Tesla, Einstein, Steve Jobs ó Daniel Goleman.
Algunas creencias podemos conseguir transformarlas en ciertas evidencias, a través de un proceso más o menos científico y transmitirlas a otr@s con una cierta objetividad. Otras, como la Filosofía o la Religión, son más difícil de transmitir y están basadas en experiencias subjetivas, lo cual no significa que no sean reales. Lo importante es si para nosotr@s son reales o no.
En cualquier caso, desde el punto de vista de la Ética, lo importante y lo que nos queda por desarrollar como seres humanos, son los conceptos de Respeto y Libertad, dos conceptos de los que hablo en varios artículos de mi blog.
La crucifixión de las ideas y creencias de l@s demás, es la causa primera de todas las guerras.
El lema de la UNESCO es precisamente: "Construir la paz en la mente de los hombres y las mujeres."
Las semillas de la paz y de la guerra nacen en nuestras mentes, y es ahí donde podemos sembrarlas.
La autocrucifixión de nuestras propias ideas por miedo a que sean crucificadas por l@s demás, es la causa de la mansedumbre colectiva.
Algunos de los movimientos más importantes que estamos dando hacia la Libertad de Pensamiento, de Expresión y del Ser, son el movimiento LGTB 🏳️🌈, el nuevo concepto de Diversidad Funcional, y el auge del Frikismo, que reconocen la importancia de la individualidad y la diversidad.
Jesús de Nazaret, como much@s otr@s librepensador@s, fue crucificado por manifestar sus creencias. Las personas que le crucificaron, fueron víctimas del miedo a expresar su innata paz y su innato sentido de la justicia, eclipsado por la colectividad.
Cuando no tenemos el valor y el coraje de ser librepensador@s, y crucificamos nuestras propias creencias y pensamientos, en servicio de la colectividad, no sólo nos estamos traicionando a nosotr@s mism@s, sino que estamos traicionando a toda la sociedad.